Siempre que alguien deja este mundo hay alguien que se queda con el dolor propio y natural de ver partir a quien tanto quería, pero cuando un Gigante dentro de tu país se va el dolor lo vivencia toda una nación.
Ayer, a las 15:15 horas, un helicóptero panameño se precipitó a tierra dejando sin vida a 6 de sus ocupantes, dos mujeres, tres varones y un Gigante. Y al referirme Gigante no lo hago por burlarme de su tamaño sino por que de los seres humanos que poblamos la Tierra él es un Gigante. Es gigante de corazón, gigante de valentía, gigante de sentimientos, gigante de energía, en fin, un ser humano de aquellos que lo entregan todo por sus ideales, por su gente, por su patria. Sí, porque dar hasta la última gota de sangre por la patria no quiere decir que vayamos a matar a los que nos vienen a invadir o que mojemos la camiseta en las competencias deportivas, va más allá. El amor a la patria es el amor a la gente de tu patria y este gigante lo sabía muy bien.
Podemos decir que es injusto que él nos deje mientras queda tanto delincuente suelto haciendo fechorías. Podemos decir que él no merecía partir. Pero ya está, se fue. Un infortunado accidente, en el que nada tuvo que ver Dios, nos ha privado de tener a esta persona junto a nosotros.
Lloró en los funerales de los carabineros asesinados, ahora es toda una patria la que llora por su partida. Y no se va solo, su mujer lo acompaña en este momento y dejan a sus 3 hijos sin su presencia... una gran pena.
Don José Alejandro Bernales, su nombre quedará para siempre en la historia de esta franja de tierra llamada Chile, y no porque haya muerto de una forma trágica en otro país, sino porque es un Gigante que de seguro estará abrazándose con su esposa en el encuentro con el Creador.
Muchas gracias señor Bernales por su entereza, valentía, cariño, comprensión, vehemencia, hidalguía y sabiduría. Son poquísimas palabras para describir todo lo que nos entregó en la tierra, pero es mi manera personal de rendirle un pequeño homenaje.
Adiós Gigante Bernales, mi hijo conocerá de usted y de su ejemplo. Gracias por acompañarnos en este paso por la Tierra.
¡Viva Chile!
Ayer, a las 15:15 horas, un helicóptero panameño se precipitó a tierra dejando sin vida a 6 de sus ocupantes, dos mujeres, tres varones y un Gigante. Y al referirme Gigante no lo hago por burlarme de su tamaño sino por que de los seres humanos que poblamos la Tierra él es un Gigante. Es gigante de corazón, gigante de valentía, gigante de sentimientos, gigante de energía, en fin, un ser humano de aquellos que lo entregan todo por sus ideales, por su gente, por su patria. Sí, porque dar hasta la última gota de sangre por la patria no quiere decir que vayamos a matar a los que nos vienen a invadir o que mojemos la camiseta en las competencias deportivas, va más allá. El amor a la patria es el amor a la gente de tu patria y este gigante lo sabía muy bien.
Podemos decir que es injusto que él nos deje mientras queda tanto delincuente suelto haciendo fechorías. Podemos decir que él no merecía partir. Pero ya está, se fue. Un infortunado accidente, en el que nada tuvo que ver Dios, nos ha privado de tener a esta persona junto a nosotros.
Lloró en los funerales de los carabineros asesinados, ahora es toda una patria la que llora por su partida. Y no se va solo, su mujer lo acompaña en este momento y dejan a sus 3 hijos sin su presencia... una gran pena.
Don José Alejandro Bernales, su nombre quedará para siempre en la historia de esta franja de tierra llamada Chile, y no porque haya muerto de una forma trágica en otro país, sino porque es un Gigante que de seguro estará abrazándose con su esposa en el encuentro con el Creador.
Muchas gracias señor Bernales por su entereza, valentía, cariño, comprensión, vehemencia, hidalguía y sabiduría. Son poquísimas palabras para describir todo lo que nos entregó en la tierra, pero es mi manera personal de rendirle un pequeño homenaje.
Adiós Gigante Bernales, mi hijo conocerá de usted y de su ejemplo. Gracias por acompañarnos en este paso por la Tierra.
¡Viva Chile!