jueves, 26 de agosto de 2010

Nuevos ecologistas

Con el transcurso de los años han ido evolucionando muchas cosas, la mayoría ha tenido que ver con la tecnología producto de investigaciones y experimentaciones, es así como hoy en día tenemos notebook, mp3, mp4, celulares que son casi un computador, sistemas de calefacción en minutos, agua purificada en poco tiempo, en fin, un montón de cosas que hoy nos facilitan la vida.

Todo esto ha tenido un costo también, en muchos casos pasa desapercibido, pero en otros casos se deja ver en toda su magnitud, como es el caso de la contaminación, la producción de basura (casi todo es desechable) y la invasión a la naturaleza.

El Gobierno ha autorizado, en primera instancia, la instalación de una central termoeléctrica en una localidad donde habitan pingüinos. Inmediatamente surgieron las voces de miles de personas que están en contra de dicho proyecto(negocio), se organizaron marchas, protestas varias y hasta llamados públicos de personalidades como Consuelo Saavedra, Leonor Varela y Felipe Camiroaga.

Es ahora que me surge una reflexión: ¿todos estos "ecologistas", defensores de la naturaleza, amantes de los animales y que rasgan vestiduras contra quien insinúe dañar el ecosistema, se movilizan a pie o en bicicleta? ¿son vegetarianos? ¿se iluminan con un vela? ¿no fuman?
Por favor, un poquito de consecuencia en la vida.
Está muy in estar a favor de la ecología, pero en el momento que te toca a ti hacer algo te quedas de brazos cruzados o prefieres la comodidad antes que el esfuerzo.
Muchos de los que hoy protestan llegan a sus casas, encienden todas las luces, ponen a hervir agua en su hervidor eléctrico mientras calientan el pan en el microondas, colocan música en el equipo y prenden la tele para ver si hay algo entretenido, ah, de pasadita encienden un cigarro para esperar que esté todo listo.

Yo también estoy en contra de la termoeléctrica, pero no protesto por protestar, levanto mi voz porque sé de lo que es capaz el ser humano y sé que tiene la inteligencia suficiente para inventar otros medios de producción de energía que no signifique quitarle el espacio a los pingüinos o a otros animales y ecosistemas.
Estoy en contra porque se prometió durante la campaña del actual Gobierno que no se pondría en peligro la naturaleza en post del desarrollo del país, sin embargo hoy se vende al mejor postor sin importar las consecuencias que esto tenga.

Protesta, tienes derecho a hacerlo, pero te invito a que junto con la protesta revises como eres tú con el ecosistema y propongas soluciones para estos problemas, porque es muy fácil estar en contra de todo, pero que difícil es entregar los caminos a seguir.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

lunes, 23 de agosto de 2010

Estamos bien



Diecisiete días pasaron desde aquel jueves en que 33 mineros quedaron incomunicados a más de 600 metros de la superficie. Fueron 17 días de angustia, de pena, llantos y una pequeña, pero a la vez gran esperanza, esa que nunca perdieron las familias de ellos.

El tema estaba en boca de todos, hasta los chilenos en el extranjero sabían de esta nueva tragedia que nos golpeaba. Sí, eran 33 familias las que directamente estaban afectadas, pero nadie quedó impávido ante ese dolor y esa angustia, millones de chilenos sufrimos desde que supimos la triste noticia.
Algunos conservamos la esperanza y nos angustiábamos cada vez que había una mala noticia respecto del sondaje que se realizaba para poder establecer contacto y empezar a mandarle suministros para que siguieran sobreviviendo los meses que sean necesarios para poder salir de ese lugar.

Otros compatriotas nos querían matar esas ilusiones y nos decían: "no, ya están todos muertos"...

El domingo 22 de Agosto del 2010 quedará marcado en la historia de Chile como el día en que 33 mineros nos dieron un ejemplo de entereza, fortaleza y amor. Ese amor a la vida, ese amor a los suyos es lo que los ha mantenido con vida en esa profundidad, con la sola iluminación de sus linternas y la poca comida que se supone tienen ahí.
Este día será recordado por aquella frase que está en la imagen, ese pequeño trozo de papel que dice "estamos bien en el refugio los 33", esas simples palabras que llenaron de júbilo a sus más cercanos y lograron que miles de chilenos saltaran y lloraran de alegría, y otros tantos se volcaran a las calles para celebrar como el más grande de los éxitos deportivos de esta pequeña nación.

Este 22 de Agosto es el día en que la alegría se apodera de millones de personas, es el día en el que triunfa la esperanza y la vida.

Treinta y tres personas han permanecido a más de 600 metros de profundidad, con poca luz, poca agua y escasa comida, y sin embargo son capaces de comunicarse con el exterior y decir "estamos bien"...

... y nosotros seguimos ahogándonos en un vaso de agua.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Enseñanzas del viejo mundo

Siguiendo con los recuerdos de hace 10 años y esa bella experiencia en Europa me quiero detener en algo que nos haría mucha falta aprender en este país, principalmente en la ciudad donde resido: Santiago.

La semana recién pasada el ministro de Transportes anunció que los buses oruga irían desapareciendo de las calles de la capital pues generaba un gran costo de mantención y largos tiempos de desplazamiento por la ciudad. Algo tan evidente de lo cual después de 4 años se toman las primeras medidas. Claro, eso fue porque el Gobierno anterior nunca quiso reconocer que diseñó de muy mala forma el sistema de transporte y que se equivocó al traer esos buses que lograrían llevar más gente por las calles, lo cual no fue tan así, ya que esos buses son muy estrechos en la entrada, lo que produce que se arme un cuello de botella que impide que la gente se desplace hacia el final del bus. No los culpo, porque en la segunda parte de esos buses es donde peor se pasa con las vueltas, frenadas y saltos.

Hace 10 años estuve arriba de buses en Italia y Suecia y en ambos era muy confortable andar. Buses limpios, bien cuidados y con un sistema de fiscalización que asustaba a quien quisiera subirse sin pagar. El conductor del bus no se preocupaba de cobrar, no, eso se hacía mucho antes, se compraban unas tarjetas que duran un día, una semana o un mes para poder andar en cualquier medio de locomoción público. Si un inspector te sorprendía sin la tarjeta las multas a pagar iban desde los 8 mil a los 25000 pesos, por lo que a nadie se le pasa por la cabeza subir sin haber cancelado el derecho correspondiente.
No habían buses oruga, pero era tan ordenado que no era necesario tener buses tan grandes rodando sobre el cemento.
Recuerdo que en Suecia los conductores ocupaban los micrófonos para poder anunciar algo a los pasajeros, no como acá que los micrófonos están de adorno al lado del conductor y si él quiere anunciar algo simplemente se para y grita hacia atrás.
Además contaban con un sistema de telepronte que anunciaban a que paradero estabas llegando.

Me imagino que 10 años después la cosa sigue igual y aún mejor por allá en el viejo mundo, pero eso no es gratis, requiere de recursos, de inversión y sobre todo de aquello que nos falta en este país: cuidar lo que tenemos y dejar de creernos "vivos" por no cancelar el pasaje, ambas cosas son actos delictuales y necesitamos la mano dura para que la conciencia se vaya formando en las pequeñas bestias que tenemos repartidas en el país y sobre todo en Santiago.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

lunes, 2 de agosto de 2010

Un viaje que marcó mi vida

Hace 10 años, a esta misma hora (23:20), yo venía despertando de apenas 3 horas de haber dormido sentado en la "cómoda" butaca del avión que me llevaba a Roma. Dormí gracias a que Rosario me entregó un paracetamol que calmó mi dolor de cabeza y mi desesperación después de 12 horas de viaje. En total fueron 17 largas, pero largas horas en avión para llegar a vivir el Encuentro mundial de Jóvenes, con el Papa Juan Pablo II como anfitrión.

Viajé con una gran intención: vivir a concho el Encuentro, quería entregarme a esos hermosos momentos y postergar el turismo y el conocer aquellas bellas ciudades. Lo cumplí a cabalidad, fueron 12 días de intenso encuentro con el Señor y 25 días de estar con Él en tierras extranjeras.

Recuerdo cada momento de esos días, cada lugar que conocí, cada persona con la que comparti, cada mal rato que pasé y cada alegría que sentí al saberme bendecido y acompañado por el Señor.

Pero lo que más me marcó no fue ni haber estado a centímetros del Papa, ni haber vivido un hermoso Vía Crucis, ni haber cargado la imagen de la Virgen María en una procesión multitudinaria vivida con mucha fe y devoción, no... nada de eso me marcó tanto como haber visto a Cristo en quienes, hasta ese momento, eran simplemente seres humanos.

Encontrarme con Cristo en quienes misionaron conmigo durante tantos años era una labor fácil, pero encontrarlo en la gente de situación económica más que acomodada, me era casi imposible, más que nada por todos los prejuicios que tenía con esa gente. Y fue Rosario, quien en pleno vuelo empezó a remecer mi corazón, en ella también estaba Cristo y yo me negaba a verlo.
En Spoletto y en Tivoli compartí con gente maravillosa, con un grupo de gente bellísimo que me enseñó mucho, que me mostró a un Cristo que yo no había visto. Estudiaban distintas cosas, pero cada uno sentía el llamado a estar ahí, a vivir ese Encuentro personal con el Señor.

Los 3 hermanos se encargaron de levantar el ánimo siempre, el mayor de ello nos hizo perdernos aquella primera noche en Roma, eso nos pasó por confiar en el más alto.
Teníamos a la madre Cecilia que se encargaba de mantener a toda la delegación chilena de Spoletto con un buen pasar.
Nancy, Gaby y Dante eran quienes nos cuidaban y guiaban.
¿Cómo olvidarme de Punto con su wiskiti wiskiti y de Paula con sus chalitas desarmadas y su bebida congelada que nunca se pudo tomar?
Guillermo y Alex ponían la seriedad, y la Fa ponía las risas sin razón de ser.
Los hermanitos Sanz... bueno, parece que estaban ahí, ah sí, Luis también.
Lola y Vivi, nos contagiaron con su fanatismo por la Nutella, la primera en caer fue su amiga Bárbara, la reina del Team.
Vivi, Claudia, Francesca y Tatiana eran el grupo de Construcción Civil que se manejaban muy bien con el idioma inglés, claro, junto a la profe Gaby.
Matías, Maida y Rosario fueron mi centro de atención durante el Encuentro, siempre me dejaron algo que me engrandecía.

Gracias a cada uno de ellos, porque esos días que estuvimos juntos nunca se borrarán de mi mente, menos de mi corazón, marcaron mi vida.



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