miércoles, 30 de julio de 2008

El árbol y las parejas

Ya lleva varios días el árbol parlante en la estación Metro Baquedano. Es un árbol de tronco grueso y de frondosa copa, y en el centro de su cuerpo boca, ojos y nariz enfrentan a los transeúntes que día a día pasan apurados por su lado.

Pasan ejecutivos, gerentes, ingenieros, estudiantes, deportistas, juniors, dueñas de casa, párvulos, telefonistas, políticos, personajes de la farándula, en fin, de todo tipo de personas transitan por ahí y apenas se percatan que el árbol les saluda y les quiere entregar su mensaje.
Relata historias, recita poemas y da consejos para contribuir con su habitat natural.

Hay otros que se acercan y se instalan frente a él para observarlo y escucharlo, volar con sus historias y maravillarse con su sabiduría y paciencia, porque vaya que hay que ser paciente para estar ahí tanto rato soportando la indiferencia del santiaguino apurado.

Pero hay un tercer grupo de personas que visita a este árbol. Son las parejas de enamorados, amantes, pololos o simplemente compañeros de besos. Llegan después de las 5 de la tarde y se quedan haciéndole compañía durante largo rato. Dan rienda suelta a su pasión y ya no queda espacio para las palabras, los besos abundan, casi como si dentro de poco se fueran a terminar y por lo tanto hay que aprovecharlos. A veces se detienen para intercambiar palabras y nuevamente continuan con los besos.
El árbol les acompaña y los cobija, les cuenta historias que nunca escuchan, pero no le importa...

Es el árbol. El árbol y las parejas.

viernes, 18 de julio de 2008

La casa de don Ignacio

Llega a ser sorprendente la capacidad de la gente de creer en cosas sin mucho sentido. Más aún, se ve que todo es raro, escondido y que misteriosamente no te cobran un peso por el trabajo realizado.

En mi corta vida he conocido cosas chantas y personas que también lo son, pero este brasileño llamado Joao se lleva el premio al más chanta de todos. Empezando porque dice ser un hombre el cual es poseído por más de 30 "entidades" distintas. Para ponerle un poco más de salsa al asunto, estos espíritus son de médicos con distintas especialidades que le ayudan a Joao a sanar a la gente que se presenta ante él.
Este brasileño de más de 50 años tiene un auto del año, carísimo, que debe ser regalado porque él no cobra por su trabajo... raro. Claro, no cobra por la sanación, pero sí cobra por los días de estadía, los medicamentos que receta, las salas especiales de las cuales se vale para realizar sus funciones sanadoras. Dice que la plata la obtiene del trabajo duro que realiza los fines de semana, pero sigue siendo raro, porque además le alcanza para viajar a otros países a hacer sus "trabajitos".

Lo más asombroso es que a la gente le hacían perforaciones en su cuerpo, le metían tijeras, le abrían la piel y dejaban que la sangre brotara para después decir que no sintieron ningún dolor. Seguro no van a sentir dolor, o capaz que sea verdad, si aunque no usaba anestesia ese "doctor" los aletargaba con una especie de somnífero.

Ya hemos visto antes que el poder de la mente es increíble, y es tan grande que nos podemos sanar o creer que nos sanamos con el sólo hecho de pensarlo. En esta casa el efecto placebo se ve por montones.

Por mi parte nica viajo a Brasil, gasto mi dinero y más encima dejo que me tajeen para decir que me sané. Prefiero la técnica tradicional, aquella de la sala de operaciones, la anestesia, el doctor titulado, aunque sea caro, pero mucho más confiable.

¿Tú irías a la casa de don Ignacio?

martes, 15 de julio de 2008

Ejemplo de profesores

Desde que mi mujer me dijo que estábamos esperando el nacimiento de Gabriel yo empecé a ocuparme del tema del colegio al cual iría en 5 ó 6 años más este pequeño. Me empecé a cuestionar que es lo que quería para él, si una educación rica en valores, en conocimiento o en ambas. Llevo un año haciéndome estas preguntas y creo que me demoraré un poco más en dar una respuesta satisfactoria... capaz que sea él quien me dé las pautas para elegir el colegio indicado.




Todo esta preocupación se acrecienta cuando veo tanta protesta por un sistema educacional público de mediocre a malo. Se me hace la idea que estaré obligado a pagar un buen colegio para que Gabriel tenga una educación como se merece. Sin embargo, no estoy de acuerdo en darle el favor a los pésimos parlamentarios y empresarios que son los que finalmente manejan este negocio de la educación.



Pero hay algo que ahonda más mi preocupación y fue justamente lo que ocurrió ayer: una niña de 14 años le lanzó agua a la ministra de Educación. Y no es precisamente ese hecho el que me angustia más, sino que lo es la reacción que tuvieron los profesores ante esta actitud de la colegiala: "no valido esta actitud, pero la comprendo". Mismo respaldo tuvo esta niña por parte de su mamá.



Por favor, no podemos ser los mismos educadores (soy padre y futuro profesor) los que respaldemos tamaños descalabros. Es como decir que para protestar se puede hacer de cualquier forma, no importa si dañe a otra persona. No señores. Así como soy el primero en estar en contra con este sistema de educación y con la desigualdad en general, también estoy en contra de las protestas desmedidas y la falta de diálogo.

Por algo somos seres humanos, porque tenemos inteligencia y la capacidad de comunicarnos, que al parecer estamos olvidando o dejando bastante de lado.



No conozco los profesores a cargo de esta niña, ni tampoco conozco en profundidad a sus padres, pero conozco muy bien lo que es la eduación en valores cristianos y en ese conocimiento sé que no es lo que quiero para mi hijo.


Sí, me gustaría que protestara con fuerzas cuando se vea perjudicado o sienta que perjudican a otro, pero no me gustaría que lo hiciera de esa forma.



Cambiemos la educación, pero empecemos por la cabeza, por quienes son guía para nuestros hijos e hijas. Cambiemos la educación por completo, y si hay que empezar por los docentes hagámoslo, pero no permitamos que el fruto de nuestro Chile esté en manos de personas mediocres.

viernes, 11 de julio de 2008

Los que ganan con Facebook

Hace unas semanas estuvo muy comentado y tal vez, un poco sobredimensionado, el cierre de la Discoteque K-Masú, donde la farándula (poco inteligente) hacía de las suyas.
A la vez que se cierra ese lugar toman mucha fuerza los locales que se han abierto recientemente, y los que llevan más tiempo, en la calle Manuel Montt y eso se debe en gran medida al fenómeno social que ha significado el auge de Facebook.
Es común que acá en Chile todo lo novedoso prenda de inmediato, es más, si sale un mojón a pilas sería éxito de ventas en la calle y en los centros comerciales; lo compramos todo, lo queremos todo, nos endeudamos hasta las patas con tal de tener todo lo que va saliendo. Si se trata de internet ocurre lo mismo. Fue así como en el fotolog éramos los líderes a nivel mundial en la creación de nuevos espacios a diario, tanto así que nos limitaron la cantidad.
Facebook no se quedó al margen. Comenzaron a reencontrarse los compañeros de colegio de la básica, los de la media, los de la educación superior, los viejos amores, etc. La voz se corrió y cada día se fue agregando más gente.
Los grandes ganadores de esto fueron las carnicerías, los pub, los restaurants, los supermercados y las botillerías. Obvio, todos se querían juntar para rememorar las andanzas de antaño y como somos tan ingeniosos en Chile lo más original que se nos ocurre es el Asado en la casa del guatón o del pelao del curso.
Los grupos de excompañeros en este sitio abundan y ni hablar de las fotos de antes, con uniforme, y las de ahora, con canas, arrugas, algunas poncheras varias y otros molestos rollitos que en esa época no se tenían.
El 19 de este mes me reencontraré con viejos compañeros de colegio, no sólo de curso, sino a nivel de liceo. Estarán de todos los años reunidos y todo por la motivación de sólo dos o tres personas que se hicieron cargo de la organización y difusión del evento.
A portarse bien nada más y seguir ocupando el Facebook como lo que es: una red de contactos... claro que algunos como yo lo ocupamos para jugar a distintas cosas.
Y nos vemos en Facebook.

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