viernes, 30 de mayo de 2008

Adiós a un Grande

Siempre que alguien deja este mundo hay alguien que se queda con el dolor propio y natural de ver partir a quien tanto quería, pero cuando un Gigante dentro de tu país se va el dolor lo vivencia toda una nación.

Ayer, a las 15:15 horas, un helicóptero panameño se precipitó a tierra dejando sin vida a 6 de sus ocupantes, dos mujeres, tres varones y un Gigante. Y al referirme Gigante no lo hago por burlarme de su tamaño sino por que de los seres humanos que poblamos la Tierra él es un Gigante. Es gigante de corazón, gigante de valentía, gigante de sentimientos, gigante de energía, en fin, un ser humano de aquellos que lo entregan todo por sus ideales, por su gente, por su patria. Sí, porque dar hasta la última gota de sangre por la patria no quiere decir que vayamos a matar a los que nos vienen a invadir o que mojemos la camiseta en las competencias deportivas, va más allá. El amor a la patria es el amor a la gente de tu patria y este gigante lo sabía muy bien.

Podemos decir que es injusto que él nos deje mientras queda tanto delincuente suelto haciendo fechorías. Podemos decir que él no merecía partir. Pero ya está, se fue. Un infortunado accidente, en el que nada tuvo que ver Dios, nos ha privado de tener a esta persona junto a nosotros.

Lloró en los funerales de los carabineros asesinados, ahora es toda una patria la que llora por su partida. Y no se va solo, su mujer lo acompaña en este momento y dejan a sus 3 hijos sin su presencia... una gran pena.

Don José Alejandro Bernales, su nombre quedará para siempre en la historia de esta franja de tierra llamada Chile, y no porque haya muerto de una forma trágica en otro país, sino porque es un Gigante que de seguro estará abrazándose con su esposa en el encuentro con el Creador.

Muchas gracias señor Bernales por su entereza, valentía, cariño, comprensión, vehemencia, hidalguía y sabiduría. Son poquísimas palabras para describir todo lo que nos entregó en la tierra, pero es mi manera personal de rendirle un pequeño homenaje.

Adiós Gigante Bernales, mi hijo conocerá de usted y de su ejemplo. Gracias por acompañarnos en este paso por la Tierra.

¡Viva Chile!

jueves, 29 de mayo de 2008

A puro empuje


No recuerdo campeonato que haya ganado Colo-Colo donde no se cuestione los arbitrajes a favor de este club. Esta vez tampoco es la excepción. Al terminar el partido el pelao Nelson "ratón" Acosta dijo que el árbitro había influido en el resultado.

Una pregunta me gustaría hacerle a este DT: ¿es culpa del árbitro que Everton juegue con 9 defensas una final para poder terminar el partido 0 a 0? Claro, como en los últimos 5 minutos el Cacique pudo cerrar el partido a su favor entonces se hacen los descargos, de lo contrario se estaría hablando de un gran resultado y de un muy emocionante partido en Sausalito.


Pueden decir que Colo-Colo no es el mismo de antes, pero hay algo que nunca podrán quitarle a este club y su hinchada: su entrega. Podemos ir perdiendo, con jugadores expulsados, pero hasta el final se batalla para lograr un resultado favorable.

Ayer las puertas viñamarinas estaban cerradísimas, estaban jugando un gran partido defensivo, tanto así que la única gran llegada fue un tiro libre de Riveros que el Kalule sacó a lo Toselli, con tremendo carazo (en una de esas queda como Brad Pitt).


El Cacique tiene algo que nadie podrá quitarle y que pocos equipos en el mundo tienen, me refiero a esa garra, a esa entrega cuando no hay mucho fútbol, a puro corazón destrozando rivales. Aparte de Colo-Colo podemos contar a Boca Juniors, a Peñarol entre ese tipo de equipos y cualquier otro que sea es de este continente, porque en Europa no saben de garra, no saben de hinchada alentando hasta último minuto, no saben de la pasión del fútbol.


Grande campeón, se ha dado un gran paso para ganar la 28ª estrella, una vez más se ha derrotado a un equipo ratón y que coincidencia, su camiseta también es azul.

miércoles, 28 de mayo de 2008

La previa

Mientras los muchachos de la sub 23 están haciendo historia por allá en Francia, acá en Chile se empieza a escribir una nueva página del fútbol chileno, una página que podría decir que Everton ganó un campeonato después de más de 25 años (quizás a algunos hinchas azules se les haga familiar esta espera) o que, y seguramente así será, que por primera vez un club logra una paternidad de 5 títulos, es decir: el primer Pentacampeón de Chile.

Colo-Colo lo tiene todo para escribir esta nueva página, tiene el fútbol de ataque que se necesita para ganar partidos y tiene además la historia que sí juega. Siempre se ha dicho que las estadísticas no juegan, pero yo al contrario digo que sí, que es importante, porque el deporte es una mezcla de esfuerzo físico y mental, es ahí donde entra a jugar la historia.
Esta historia dice que Everton rara vez ha ganado en el Monumental, que Colo-Colo es el club con más títulos en el fútbol nacional, que es el único tetracampeón, que da vuelta partidos con pura garra. Eso lo saben los jugadores de ambos equipos y eso es un plus para los albos.
Los ruleteros entrarán a la cancha sabiendo esto y se dirán a sí mismos "daré lo mejor de mí, pero si perdemos no será nada nuevo".
Los colocolinos también conocen esta historia y por lo tanto pensarán: "no podemos perder, somos los más grandes de Chile, tenemos que hacer historia; no nos puede ganar un equipo de provincia". No se trata de mirar en menos al rival, pero históricamente los clubes de provincia son inmensamente inferiores a Colo-Colo y a las dos universidades.

Claro que juega la historia, pues la parte psicológica es fundamental en el deporte y de eso saben los que dieron vuelta el partido en Concepción.

Vamos Cacique, se nos viene una nueva estrella y una gran página en la historia del fútbol chileno.

martes, 27 de mayo de 2008

La lluvia

Anoche cuando me estaba acostando llovía copiosamente (bonita palabra copiada de los relatos futbolísticos que escuché en mi adolescencia). Desperté a las 4 de la madrugada con el llanto de Gabriel, que me parece era por frío, y seguía lloviendo. Y cuando finalmente me levanté para ir a ducharme (aunque les cueste creer yo también me ducho y me enjabono entero para estar limpiecito), a las 6 y media de la mañana, continuaba lloviendo. Por conclusión brillante deduje que las calles estarían mojadas (es aquí cuando la multitud me aplaude por mi gran ocurrencia) y que no sería fácil transitar por ellas.

Cruzar la calle Lo Ovalle en Quilicura casi me costó quedar en medio de la laguna que se formó. Entonces apreté el botón oculto del Albito y junto a Gabriel y Jacque empezamos a remar para poder salir. Luego vino el otro problema: los vidrios empañados. Eso que se sumaba al agua que caía hacía que mi visualización fuese casi nula, ni con el pañito que tenía se ponía mejor la vista.

No les diré que era un bólido en la autopista, pero sí puedo decir que llegamos a salvo a la sala cuna los tres para esperar la inauguración.
Todo iba bien hasta que a Gabriel le dio sueño y fue tanto, que lloraba sin consuelo, con lágrimas corriendo por sus mejillas y sollozos que hacían más triste la escucha. Tuve que partir hacia otro rally, esta vez a la casa de mi suegra para que el campeón durmiera tranquilo.

Ahora que estoy en el trabajo sigue lloviendo, y bastante, por lo que supongo que el camino a casa será dificultuoso y un tanto largo.

Esa es mi ciudad, llueve un poco (esta vez ha sido mucho) y se inundan las calles.

Bueno, saludos a mis lectores y ánimo para ponerse los impermeables y llegar en bote a casa, mojados como diuca, a comer sopaipillas.

lunes, 26 de mayo de 2008

Lunes otra vez

Por Dios que cuesta comenzar la semana. Es en estas ocasiones cuando le encuentro toda la razón a Garfield en cuanto a odiar los lunes, más aún, creo que no deberían existir, alguien debería legislar para que se supriman para siempre los días lunes, a menos que sean feriados, ahí sí que da gusto.
Propondría que la jornada laboral comenzara a mediodía cada lunes, así todos llegaríamos con buena cara y a una hora decente a la pega, porque eso de llegar entre 8 y 9 a trabajar con cara de poto (sí, hay que decirlo, no he visto caras radiantes el primer día de la semana) que ni el maquillaje ni la ducha pueden disfrazar. Y cuando digo cara de poto no es que me refiera al de Jennifer López, más bien díría que me refiero al de la Bruja del 71.

Si al día Lunes le agregamos que durante la madrugada tu pequeño hijo de casi un año te despertó 4 veces para pedir un abrazo (y seguramente acostarse junto a ti) y seguir durmiendo tranquilamente en su cuna, la cara de sueño es terrible. La gente que te mira en la calle llega a bostezar de puro mirarte el rostro de "necesito dormir un poco más".
También es cierto que despertarte con el llanto de tu hijo es muy distinto a que si lo haces con el despertador. Al primero lo amas y al segundo lo odias. Con el primero eres capaz de levantarte hasta 5 veces en medio de la noche solamente para abrazarlo, darle un beso y acostarlo; con el segundo es muy distinto, lo escuchas una vez y lo apagas como queriendo creer que es parte del sueño, la segunda vez que lo escuchas sabes que te tienes que levantar pero dices para ti mismo "a la próxima me levanto", y ya la tercera vez que lo escuchas o te levantas o llegas tarde a la pega, eso si es que no optaste por tomar el despertador y arrojarlo contra la pared.

Me quedo con mi despertador humano, porque aunque sea con llanto no es un llanto de dolor sino que es por la necesidad de que su mamá o su papá le den un abrazo para después acurrucarse en sus brazos y seguir roncando (sí, mi pequeño ronca y más fuerte que yo).

Igual empezar un lunes es bueno, quiere decir que tienes una nueva oportunidad de ser mejor, de ser útil, de aportar a la sociedad, de ganar dinero, de jugar, de ir al colegio, de estudiar, de llorar, de reír, de gozar... uf, un sinfín de cosas que puedes hacer en un nuevo día.
Apróvechalo y sé feliz.

Que tengas un buen comienzo de semana.

viernes, 23 de mayo de 2008

¿Temporal o huracán?

El ver el título de este comentario puede resultar extraño viviendo en Chile, ya que en este país los huracanes no existen, sólo los conocemos por la relevisión y las películas catastróficas donde siempre hay una gringo que es el héroe y al cual todos aplauden (comentario aparte y exclusivo se merece la gente que al finalizar la película aplaude).
Los temporales sí que los conocemos y prueba de ello es el que estamos viviendo por estos días en la zona centro-sur del país, justamente cuando las alarmas de sequía se estaban encendiendo y que ahora se ven un tanto acalladas con toda el agua que ha caído, pero ojo, que el agua sigue siendo escasa y el ahorro debe continuar, nada de andar revendiendo las ampolletas de ahorro de energía para cambiarlas por las llamativas y redondas ampolletas de 100, 60, y0 y 25 watts (sí, de esas watts que se atornillan en el soquete). Yo todavía tengo de esas ampolletas, pero las estoy ocupando para ponerles un calcetín y poder surcirlo como mi abuelita me enseñó. No sé que le pasa a mis pies, pero todas las semanas tengo que andar reparando los calcetines porque se les produce una muy bonita "papa". Puede ser que los calcetines sean malos (cosa que no creo, porque comprar 5 pares por mil pesos es un precio excesivo) o porque las uñas de los dedos de mis pies crecen de una manera inusual, así como en punta (aclaro que me las corto constantemente, algo así como cada trimestre).

Bueno, el tema en cuestión era otro, estaba hablando de los temporales que nos tienen a mal traer en muchas ciudades y se me cruzó el huracán de estupideces por la mente y se transcribieron en este blog.
Del huracán que les quería hablar es del Huracán Gabriel. Sí, es el mismo que hoy ya tiene 11 meses de vida cumplidos y se encamina a pasos agigantados al año. Y digo que se encamina porque así es literalmente. Lo dejo gateando en la casa o jugando tranquilamente en su pieza y rápidamente se da vuelta, se dirige a la puerta, la abre (por supuesto que no la toma del pomo porque no alcanza, solamente la abre ya que yo se la dejo entreabierta) y gatea como un bólido hacia la cocina o hacia el lugar donde nos encontremos. Agarra lo que está a su alcance. Se toma de las sillas y se para, se va caminando afirmándose de la pared o de las mismas sillas. Su sueño es tomar los discos compactos que están apilados debajo del televisor y botarlos, pone cara de travieso cuando se dirige hacia ellos y si su madre o yo le decimos que no lo haga más se ríe, como diciendo "jejeje, lo haré igual".

Prefiero mil veces más a mi pequeño huracán que a los temporales. Mi huracán se despierta dos o tres veces en la madrugada llorando pidiendo que lo abracen y que lo acuesten nuevamente en su cuna para poder seguir soñando. En cambio los temporales te despiertan para llevarse todo o para asustarte.
¿Cómo no preferir a este huracán?

jueves, 22 de mayo de 2008

El precio de la mediocridad

Qué gusto me da cuando los mediocres se quedan sumidos en su mediocridad, cuando pudiendo dar más fracasan por no intentarlo. Más gusto me da cuando es el club de mis amores el que se ve beneficiado con esto.
Ayer Ñublense tenía todo para clasificar por primera vez a disputar una final del Campeonato Nacional, pero pagó el precio de quien se conforma con poco.
Es sabido que el fútbol se gana con goles y la mejor manera de hacerlos es atacar al conjunto rival. Pero al parecer los de Chillán tuvieron miedo, se refugiaron en la ventaja lograda en Santiago (con un fútbol mediocre pero inteligente) y en la que estaban consiguiendo en la ciudad de Concepción. Se tiraron todos a defender y dejaron que un desordenado conjunto Albo intentara por todos lados y de todas formas.
El primer error en la defensa roja significó que el incansable Lucas Barrios, cayéndose, pateara el balón hacia el fondo del arco. Era el gol de la esperanza y el derrumbe del cerco longanicero.

Quedaban sólo 6 minutos y estaban todos los de la octava región defendiendo en su campo, se habían olvidado por completo la esencia de este espectáculo: el ataque, los goles.
Un tiro libre llovido al área de Ñublense significó que nuevamente el argentino colocolino saltara y esta vez la pelota pegara en el poste para colarse dentro de la valla.
Algarabía total, se estaba logrando lo anhelado y no con buen fútbol, pero sí con muchas ganas de lograr algo, de hacer goles.

Es el premio para quien buscó hasta el final mostrar lo más vistoso del fútbol, es el premio para quien se atrevió, es el premio para quien no especuló, tanto así que no conforme con el 2 a 1 que los clasificaba a la final buscó un tercer gol mientras los diablos rojos intentaban hacer un gol con 11 defensas en cancha.

Esperemos que Ñublense cambie su forma de jugar, porque así no pasará ni la primera fase de la Sudamericana.

Grande Colo-Colo, gracias por la garra mostrada, gracias por nuevamente dar cuenta de un ratón. Y sigamos en racha, ya que la final se jugará con otro equipo ratón vestido de azul.

martes, 20 de mayo de 2008

La tarde de los chicos


El domingo recién pasado se vivió algo muy particular en el fútbol nacional, jugaban de local los dos equipos más populares de este país y coincidentemente los que más dinero "invirtieron" en jugadores (cabe consignar que la plata gastada por Colo-Colo fue sólo eso, un gasto) para enfrentar esta primera parte del año. Los dos entraban con la obligación de asegurar el paso a la final jugando con su gente en "su" estadio (donde juegan los azules siguen siendo un recinto arrendado). Los rivales de cada uno eran equipos de menos peso y con historia futbolística casi nula. Los chillanejos que enfrentaron a los albos jamás han ganado un campeonato de primera división, como bien dijeron en "La Cuarta" lo único que han celebrado en sus años de existencia son los cumpleaños de los jugadores.

Los ruleteros jugaron la última final el año 1976 y sí saben de ser campeones, pero en el año de la pera, cuando se jugaba casi a pata pelá y con pelota de cuero de chancho, de esas que pesaban como 10 kilos cuando llovía.


Tanto los jugadores del Cacique como los Chuncho entraron a hacer lo suyo, a atacar al rival y tratar así de doblegar el arco enemigo y lo único que consiguieron fue chocar con el muro de los defensores. Ñublense y Everton se sabían menos poderosos y ocuparon la inteligencia -cosa que llama la atención viniendo de futbolistas chilenos acostumbrados a darse vuelta como un perro para poder entrar al área-, se tiraron a defender y atacaron de contragolpe y de manera muy efectiva. Anularon completamente los ataques de los grandes y están ahora a un paso de la final.


Bien por ellos, felicitaciones al fútbol defensivo pero inteligente. No comparto esa idea de juego, pero reconozco que fue muy inteligente y eso es algo que admiro en la gente, la capacidad de ocupar algo de esa matera gris de la que fuimos provistos.

Bien por la gente de Chillán y de Viña que están a punto de lograr algo grande y que depende sólo de ellos lograrlo, de que nuevamente ocupen la inteligencia y que le den una gran alegría a tanta gente linda de ambas ciudades.


Obvio que quiero que gane Colo-Colo, pues soy hincha del Albo. Obvio que quiero que gane el fútbol más vistoso y de ataque, pero si me toca inclinarme ante la inteligencia lo haré con mucho gusto.

lunes, 19 de mayo de 2008

Nuevo comienzo

En el curso de Antropología que estoy tomando en el instituto justo este sábado recién pasado comenzamos a ver a San Agustín de Hipona y su visión del hombre. La particularidad de él es que antes de ser sacerdote y posterior obispo hizo de todo en su vida. En su búsqueda incesante de lo correcto y de la verdad lo probó todo (lo que moralmente se permitía él). Era un mujeriego de aquellos de antología. Pasaba de fiesta en fiesta mientras su madre rezaba para que Dios le ayudara a cambiar su estilo de vida, ya que ella siempre fue muy creyente. Fue tanto lo que vivió este personaje que hasta tuvo un hijo.
Con el paso del tiempo, con la gente que empezó a frecuentar, con lo que escuchaba, se fue formando su nueva vida y su enamoramiento de Cristo.
Tanto fue lo que llegó a amarle que decidió entregar su vida para Él en el sacerdocio.

Esta vida de San Agustín la plasmó él mismo en un libro titulado "Confesiones" el cual comencé a leer el mismo sábado, pues siempre escuché de su vida "licenciosa" pero nunca he leído su historia y que mejor que hacerlo de la misma fuente.

Lo primero que me llamó la atención de estas confesiones es que comienza su libro invocando al Señor para que se haga presente en esas líneas y es lo que yo quiero hacer también en este blog en el que se hablará de todo.
Mas en esta invocación san Agustín se da cuenta de algo y lo plasma de una manera especial. Los que me conocen de más tiempo recordarán que cada vez que la gente decía "nos ponemos en presencia del Señor" yo tenía algo que rebatirles, bueno, es el mismo hecho al que este personaje hace alusión: Dios está siempre presente, queramos o no.
Mi amigo Agustín -me permito llamarle así porque estoy seguro que él no rechazaría mi amistad, no por tratarse de mí, sino porque él no dudaría un segundo en hacer un amigo más para poder entregar todo su amor proveniente del Señor- escribe en medio de su invocación: "¿es cierto que todo cuanto existe te abarca? Luego si yo también existo, ¿por qué invitarte a que vengas a mí, si yo no existiría si tú no estuvieras en mí?" Y vaya que cierto es esto.

Más adelante se pregunta lo siguiente: "Porque fuera del cielo y la tierra, ¿a qué rincón voy a retirarme para que desde él venga a mí el Señor que dijo: Yo colmo los cielos y la tierra?"

¿Cómo les quedó el ojo con eso? Sí señoritas, sí caballeros, el Señor todo lo abraca y no podemos ocultarnos de Él, tampoco podemos separarnos de Él, pues está en todos lados y nos inunda con su ser. Es bueno que lo sepamos y nos demos cuenta que hacer algo que dañe a Dios finalmente nos dañará a nosotros y/o a nuestro entorno. Porque al Señor se le han dado muchos nombres y han querido presentarlo de muchas formas, pero la única forma de la cual nunca estarán equivocados al mostrarlo es: Amor.

A ti Señor, que eres Amor que se vierte en mí día a día, que me invita a vivir y ser feliz, y que mediante tu Gracia salvadora me haces poseedor de vida eterna, dedico este blog y te nombro celador de cada palabra, para que en ellas, ya sean de crítica, de humor, de llanto, de regaño, etc. haya siempre ese toque tuyo que la hará tan especial.

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