viernes, 28 de enero de 2011

Hombre en tierra extraña

Hace pocos días fui al supermercado, donde no solo compré, sino que también me dediqué a observar el comportamiento de la gente, sobre todo de los que andaban como yo: hombres solitarios.
El hombre en el supermercado es un visitante, un foráneo, un completo desconocido en un país desconocido donde se habla otro idioma. Debo reconocerlo, soy un desastre al momento de las compras, y creo interpretar a muchos varones.

Todos los meses, cuando voy, salgo del local diciendo "el próximo mes hago un listado", y como nunca lo hago al final llego a casa y recuerdo todo lo que se me olvidó comprar.
Ni hablar de las tentaciones, que a diferencia de las tentaciones de las mujeres, son cosas que no sirven para nada, pero que como se ven bonitas, llamativas, las compro igual, al final nunca sé ni para qué sirven, pero ahí están, muy bonitas en la bolsa camino a casa.

Y que pongan promotoras es fatal, ahí sí que nos vamos al abismo mismo, les podríamos comprar hasta toallas higiénicas a esas mujeres, porque más encima todas son bonitas, simpáticas y coquetas, así no se puede comprar tranquilo. Y más encima terminas pagando el doble de lo que pagas por otro producto, de otra marca, que hace lo mismo.
Lo peor es cuando tu mujer te encargó cosas que comprar y llegas con los productos de la promotora, ahí sí que arde troya. Baboso es lo menos que te puede decir y agradece que no te pega, porque bien merecido lo tendrías.

Nos creemos los más cancheros, los más buenos para todo, pero hay que reconocerlo, hasta para hacer las compras dependemos del cariño y compañía de una mujer.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

martes, 11 de enero de 2011

Mi primera vez

Apuesto que te llamó la atención el nombre de esta nota, claro, es normal, vives en Chile, el país donde la mente siempre se va para lo más oscuro de nuestro ser, o mejor dicho, hacia donde siempre queremos que vaya.
Lamento decepcionarte, esta primera vez tiene que ver conmigo y mi moto... No, no te imagines nada, cochino... la motofilia no existe.

El día jueves recién pasado se me ocurrió que sería bueno pegarme un viaje desde Santiago a Valparaíso el día domingo, así que me preparé para ello. Compré lo necesario para no quedar tirado en pleno viaje. El sábado obtuve mi TAG (maldito elemento del demonio) y ya camino a casa me percaté de un pequeño golpeteo en la parte izquierda de la moto, me llamó la atención, pero lo atribuí al mismo movimiento de la moto.

A las 8 de la mañana del día domingo partí rumbo a la bencinera para llenar el estanque y luego emprender el rumbo a la costa. La noche anterior leí en algunos foros que ese golpeteo podía ser de la cadena que estaba un poco suelta. Esa mañana de domingo comprobé que era así, pero como soy porfiado partí igual a lo que ya había planificado.
Pasé por el primer peaje y me detuve un poco a descansar. Ahí pude ver que en realidad estaba suelta la cadena y que más encima le faltaba una "pequeña" cosa que después sabría de que se trataba.

Llegué al puerto sin problemas, con un poco de frío, pues allá estaba nublado y helado, y en moto eso sí que se siente. Estacioné mi Renegade en una plaza y tomé el colectivo para ir donde mi hermana. Todo bien hasta ahí.

Después de almorzar partí rumbo a Viña del Mar y sentía que el golpeteo era aún mayor y claro, si la cadena estaba bien suelta. Como era domingo se me ocurrió llegar a alguna vulcanización para que me ayudaran a tensar la cadena. Recorrí y pregunté. Me mandaron por una calle, pero yo, por alguna razón, tomé otra y seguí buscando. Llegué a una bomba de bencina y me mandaron a una de las calles principales. Al llegar allá me di cuenta que era muy similar al barrio 10 de Julio de Santiago, mucho taller mecánico y venta de repuestos, pero era domingo, todo cerrado.
Llegué a una vulcanización abierta y me dice: "no, yo no trabajo con motos, lo siento". Me mandó para otro lado y como yo no sabía como irme, me metí por otra calle.
Ahí ocurrió el milagro, ahí corroboré que nunca estoy solo, que siempre está Él acompañándome. Por la calle que iba estaba la cortina de un taller mecánico de MOTOS semiabierta. Me detuve y le pregunté al mecánico si me podía ayudar. Miró la moto y me dijo "claro que está suelta la cadena, se nota de lejos... sí, yo se la tenso". Cuando miró de cerca la cadena me preguntó "¿se le ha salido la cadena?", le dije que no y me comentó que tenía suerte, porque esa pequeña pieza que le faltaba era el candado, es decir, sin eso, en cualquier momento la cadena se salía y yo quedaba tirado en donde fuera.
La repararon, la lubricaron y pude ir tranquilo a la playa y después de vuelta a Santiago.

No sé si a ti te ha pasado alguna vez algo así de increíble, porque para mí fue como haberme sacado el Kino. En ese momento era lo que necesitaba, un taller de motos, pero era domingo, no encontraría abierto, mas una mano me llevó a ese lugar.
Siempre Dios me sorprende con este tipo de cosas, sin ni siquiera pedirle ayuda me llevó justo donde yo debía estar. Solo me queda decir: GRACIAS Señor.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

viernes, 7 de enero de 2011

Vacaciones, hermoso período

Generalmente es en verano cuando nos llega nuestro merecido, esperado y muchas veces, planificado período de las vacaciones, el que debería ser nuestro período de relajo y que en ocasiones se convierte en un motivo de estrés.

La familia chilena se toma sus vacaciones entre Enero y Febrero, claro, el grueso de la familia chilena, porque hay algunos que se tomarán vacaciones en invierno para poder viajar al extranjero, donde sí es verano. También están los solitarios que se toman sus días cuando quieren y hacen lo que quieren. Pero el que vive en familia se da el trabajo de buscar un lugar y organizar todo para que las cosas resulten bien, y sobre todo, que deje contentos a todos los integrantes del núcleo familiar.

Y hay de todo para las vacaciones, tanto como lugares por visitar, como situaciones particulares de cada familia.

Tenemos las familias con niños menores de 10 años, donde el dormir hasta tarde, para sus padres, es casi imposible. Los enanos comienzan con el movimiento antes de las 10 de la mañana, es más, ya a esa hora están en pie y uno, apenas abre un ojo. Son las ocasiones en que uno dice "¿cuándo se me ocurrió tener hijos?" y te dan ganas de que se vaya a jugar a otro lado.

También están las familias con hijos ya mayores, adolescentes, donde la hija o el hijo quiere llevar a las vacaciones a su pololo o polola, y ahí sí que se te complica todo, porque no es solo llevar a esa persona, sino que también te tienes que hacer cargo de que nada le pase, que no se arranque a los matorrales con tu descendencia, hay que darle de comer, uf, muchas cosas, y lo lindo de esto es que esa persona llega con lo puesto, sin ni uno en el bolsillo y sin ganas de gastar su dinerito en cosas para que todos coman. Más encima si retas a tus hij@s por algo, le tienes que pedir disculpas al perla por tener que pasar ese mal rato.

Están los que no tienen hijos y disfrutan de paseos, dormir hasta tarde, comer a la hora que quieran. Si están en una cabaña el menú semanal se moverá entre arroz, fideos y puré en caja (con suerte). Si el dinero alcanza almorzarás uno o dos días en algún restaurante del borde costero (desfinanciando el fin de tus vacaciones).

Y así podría seguir describiendo tipos distintos de vacaciones y nunca terminaría, así que les dejo a mis amables lectores a que lo hagan y cuenten un poco más de estos días que marcan el comienzo de un nuevo año.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

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