lunes, 22 de septiembre de 2008

Un cachamal en el Metro

Estación de Metro Santa Ana, 9:15 de la mañana aproximadamente. Por supuesto el andén estaba lleno en dirección a Vicente Valdés y yo iba para allá sólo una estación ya que me bajaría en Plaza de Armas para mirar las revistas de los puestos que hay en Estado y Ahumada. Como era tan poco el trayecto me quedé a la altura del segundo vagón esperando que llegara. Apenas se abrieron las puertas entré empujado por la presión de la gente y ahí quedé, apretado en el vagón.

Quedé detrás de una mujer de unos 22 años más o menos.
Cuando llegué a mi destino pedí permiso para descender, pero en ese caminar obviamente pasé a llevar a quien estaba delante mío. Quedé al lado de ella mirando para adelante, pero me percaté que me miraba. Levantó la mano y me pegó un pequeño cachamal, paipe, palmazo o como se llame, en la cabeza, nada que doliera, pero sí que incomodaba ganarse eso gratuitamente.
La miré y le dije enojado: "¡¿Qué te pasa?!" y ella más enojada aún me dice: "¡Me pegaste!". Entonces pienso en una milésima de segundo: "¿acaso quiere que no la toque en un carro lleno?". Le respondí que obvio que la toqué si estaba bajando.

Caminamos por el andén hacia el mismo lugar y entonces le dije: "Harto chora saliste" y ella con su cara llena de ira me mira y me dice: "¡Te voy a pegarTE!". Después de esa demostración de barrio y de léxico flaite decidí dejarlo ahí y seguir mi camino. Igual me dio miedo que me pegara y me botara a la línea férrea.

Me quedé pensando todo el rato en si de verdad le pegué, porque no recuerdo haberlo hecho. De más que la toqué, pero no sé si la toqué donde a ella le pareció mal o quizás no la toqué como ella quería y por eso me pegó jajaja, no lo sé. Lo que sí sé es que ella para andar en Metro anda bastante quisquillosa, para eso mejor que tome taxi, así se asegura que nadie la tocará.

Por mi parte trataré de hacerme invisible o de humo, así no tocaré a nadie en el atestado Metro de Santiago.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Al ritmo de cueca


El domingo recién pasado vino a Chile la selección más mala de la historia de Brasil. Es cierto, son buenos jugadores, pero en conjunto se les dificulta el juego, a tal punto que anoche, jugando de locales, el equipo de Bolivia les empató 0 a 0. Llega a ser irrisorio, pero en los últimos meses la única selección a la que le gana con facilidad es a la Roja.
Era el momento propicio para barrer la casa con los negritos, pero no pudimos y más encima se burlaron de nosotros.

Pero ya ven como el fútbol tiene revanchas y ayer la Selección chilena tuvo la suya. No hubo modificación de esquema, pero sí de algunos nombres y posiciones dentro de la cancha. Bielsa mantuvo en cancha a dos de sus favoritos que no han rendido a cabalidad: Estrada y Mark González. Ambos respondieron a la confianza, pero insisto en que no están para la selección. A Estrada deberían haberlo sacado el domingo en vez de cambiar a Droguett, pero el técnico es consecuente, le gusta morir con la suya.
Era cosa de ver como gritó el cuarto gol y lo hizo no porque fuera un descanso en el marcador, sino porque en esa jugada brilló Mark y el estilo de juego que quiere el DT.

El lunes éramos los más malos de América y hoy nos creemos los mejores. Es nuestra idiosincrasia, aquella que nos hace ser chaqueteros y extremistas, menos que antes, pero seguimos con esa bipolaridad única.

El hecho puntual y bueno es que estamos ahí, seguimos en carrera, sigue todo muy parejo por los cupos para Sudáfrica y hay que pelear hasta el final.

Cuatro goles y 3 puntos valiosos para decirles a todos como lo hace el Chupete: "Silencio, no estamos muertos, sólo dormidos".

viernes, 5 de septiembre de 2008

El chupete, pero no el de la Roja.

Desde hace mucho tiempo mi papá y mi mamá me cuentan que cuando yo era un bebé me hice tan adicto al chupete que cierta noche, tipo 3 de la madrugada lloré y lloré porque no tenía un chupete, consecuencia de eso fue que mi papá tuvo que partir en taxi a comprar uno a la farmacia de turno.
Estuve tantos años atrapado por el chupete que eso provocó que mi mandibula tuviera ciertas malformaciones que hicieron que yo tuviera que usar frenillos pues los dientes me estaban saliendo hacia afuera y no hacia abajo.

Esas dos experiencias me hicieron ver lo malo que es que los bebés usen chupetes y me hizo pensar en que cuando tuviera un hijo lo criaría sin chupete. Afortunadamente mi mujer es Educadora de párvulos y estaba de acuerdo conmigo en este tema.

Cada vez que el tema fue tocado en el grupo de amigos o de familiares me preguntaban ¿y cómo lo harás si se despierta en mitad de la noche llorando? y yo respondía, "con paciencia y amor, lo tomaré en mis brazos y lo consolaré". La respuesta casi inmediata a eso eran risas y la frase "ya cambiarás de opinión cuando eso te pase".

Gabriel está pronto a cumplir 15 meses de vida y con orgullo puedo decir que jamás usó chupete. Cuando en sus primeros meses de vida se despertó en la noche era por hambre, entonces la Jacque le ponía el pecho y se calmaba, pero ya desde los 7 meses que no toma pecho y seguía despertando en la noche, pero en menor cantidad. La solución siempre fue que la Jacque o yo nos levantáramos, fuéramos a su pieza (sí, ya dormía en su habitación), lo tomáramos en brazos y con unos cuantos besitos lo volvíamos a poner en su cuna para que siguiera durmiendo.
Siempre nos resultó.

Hace poco vi la foto de la hija de una amiga que ya tiene 2 años con un chupete en la boca. Diariamente veo un montón de niños con los benditos chupetes, que a mi parecer son sinónimo de "cállate, aquí tienes algo para cerrar la boca". Tengo una amiga que está esperando a su segundo bebé y espero que este pequeño o pequeña no use ese chupete, jejeje, ese fue un palito para esa mamá y ese papá.

Se puede, con amor todo es posible, con amor hasta el llanto de un bebé es hermoso.

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