
Una de las más grandes humillaciones y ridiculizaciones que podía sufrir era cuando mi mamá mostraba mis fotos de cuando era niño a quien fuera mi polola. En esa época no habían cámaras digitales, por lo que la foto era como salió en el momento, no estaba la opción para revisarla, borrarla y tomar otra. Además como era con rollo siempre se elegían momentos especiales para las fotos: el primer baño en tina, la caída del primer diente, el primer día de escuela (a veces con los ojos llorosos), los cumpleaños y las fiestas de disfraces.
¡Qué vergüenza! Eso de que el pasado me condena se aplica 100% en cada una de esas fotos.
Pero ahí estaba mi mamá,...