En nuestra vida, muchas veces, nos vemos en la difícil (o a veces fácil) situación de tener que dar un doble discurso sobre un tema, es decir, cuando nos conviene es una cosa, pero si nos perjudica es otra. Lo vemos cada fin de semana en el fútbol, para quienes somos hinchas, si la falta es a favor de tu equipo es penal clarísimo, pero si es para el rival es solamente jugada de fútbol y magnificación del jugador.
Lo penoso es cuando caemos en eso como sociedad y aleonados por el cuasi anonimato que dan las redes sociales cibernéticas. Es así como se ha instalado un doble discurso en muchos temas.
Por ejemplo: la semana pasada una niña subió una foto para burlarse de un compañero de colegio en silla de ruedas, la acusaron de bullying y encontraron que la mejor forma de combatir eso era...