Disfruto de los mundiales de fútbol desde 1986, que es cuando tengo memoria.
Ese año vibré con los goles de Maradona y su triunfo.
En 1990 me emocioné con el Toto Schilacci en su lucha por alcanzar el título para Italia.
En 1994 los goles de Romario me hicieron verlo como el mejor del mundo.
En 1998 por fin vi a la Roja en un mundial, y disfruté con ese casi casi frente a Italia y con la sufrida clasificación a los octavos de final, pero ya sabía que Brasil nos pasaría por encima.
El 2002 el fenómeno Ronaldo quedaba inmortalizado en el planeta fútbol, y el 2006 Italia dio clase de pragmatismo para quedarse con la Copa, con polémica incluida en la final.
Hasta que llegó Bielsa y le cambió la mentalidad al futbolista e hincha chileno. Ese 2010 por primera vez los futbolistas chilenos...