Las relaciones de pareja están marcadas por momentos. El primer beso, la primera visita formal a la casa, con presentación de papá, mamá, hermano, hermana, la nana, el perro, el gato y hasta el primo bueno para las bromas. La primera vez que ocupas el baño de tu novio o novia. Guau, que momento más importante y de tanto nerviosismo, hasta te pones más nervioso que en la cena misma. Lo haces todo con mucho cuidado y ojalá sea del 1 no más, porque si lo que quieres es del 2, uf, qué valiente hay que ser. Procuras que nada suene y hasta te cuesta que "todo fluya", pues estás más tenso que cuando te presentan al papá.
Pero hay un momento en particular que es un sello a la relación, es casi como un pegamento para ambos. Y no habla de aquel momento en que te quedas en cueros y te entregas a...