Ese es el grito que se viene a mi boca después de soltar todos los nervios contenidos en esos 95 largos minutos de partido. Por un segundo vi la noche caer, pero el suizo fue demasiado tronco para pegarle directo al arco... menos mal, porque sino se complicaba aún más el grupo.Tal vez no brilló el conjunto nacional, pero sí jugó mucho mejor que los europeos, siempre se quiso ganar, en cambio ellos sólo defendieron y esperaron el error de los rojos. Y ese error llegó a los 89 minutos de partido. Se me detuvo el corazón y sentí que se echaba por la borda todo el desgaste y el buen juego que mostró Chile durante el partido. Pero hoy la historia fue distinta, se ganó a un buen rival, a un equipo europeo que pese a no querer ganar el partido, al menos quisieron empatarlo cuando quedaron en desventaja.Sigue...