Ha llegado el fin de año y con ello el momento de los balances, bien lo saben los contadores y los que trabajan en los bancos.En lo personal también hacemos balances, sobre lo bueno y lo malo del año. Por mi parte debo decir que fue un pésimo año, en todo ámbito malo, de esos años que uno quiere tomar y lanzarlo bien lejos como si fuera un piedra que estorba en el camino.Podría dejar mi escrito hasta acá, haciendo patente con mis lectores este pesar por el mal año, pero no, no soy así, ni tampoco creo que sea bueno para mí (ni para otra persona), resaltar lo malo.Es cierto, lo pasé mal, pero estoy vivo aún. Fueron 365 días oscuros, pero se vienen por delante 365 más y dependerá de mí que la luz se haga en mi vida.Rescato la alegría de estar con mi pequeño, de disfrutar sus travesuras, de mirar...