martes, 30 de diciembre de 2014

La demonización de los cambios

Cuando un ser humano se equivoca lo más probable es que solicite una nueva oportunidad para hacerlo bien. Eso sucede en la casa, en la relación de pareja, cuando tienes un 3,9 en un ramo, cuando estás reprobando por inasistencia, en fin, equivocarse y las segundas oportunidades van de la mano.

En este país ocurre algo bien particular con estas segundas oportunidades. Pese a que somos re buenos para pedirlas no es lo mismo cuando nos toca darlas. Cualquier error que tengas en tu vida te condenará para siempre y se te enrostrará a la primera oportunidad.

Peor aún, si dijiste algo, si tienes una opinión sobre un tema, si adoptas un estilo de vida no se te está permitido cambiar por nada del mundo. Lo que dices debe ser ley hasta el final de tus días.
Y no es que yo lo piense así, sino que la masa llamada sociedad te condena, sobre todo si está detrás de un computador. Ni hablar si se trata de una persona pública que hace 5 años pensaba de una forma y hoy piensa distinto.

¿Es qué acaso la gente no tiene derecho a cambiar después de todo lo que ha vivido? Más encima hacen juicios de las personas como si ellos mismos nunca hubiesen cambiado de opinión con respecto a un tema.
Yo mismo, fui vegetariano durante 13 años de mi vida y ya no lo soy más, ¿eso me hace menos persona? ¿me hace despreciable el no haber seguido siendo un vegetariano?

Por favor, todos tenemos derechos a cambiar, a pensar distinto, a vivir distinto a como lo hicimos hace algunos años. No es delito, ni pecado, ni nada malo el cambiar. Si cambias tú ¿por qué no podría cambiar otra persona?

"Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo."

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

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