jueves, 27 de noviembre de 2014

Con perdón, sin olvido

Cuando perdonas es porque recuerdas, si lo hubieses olvidado ya no tendrías nada que perdonar. Así funcionan las relaciones humanas, sobre todo las de pareja.

Es muy difícil encontrar en esta época matrimonios con más de 10 años juntos, y los que hay es porque entendieron y rescataron siempre lo bueno de su relación. No es que esas parejas no hayan tenido problemas, es más, muchos de ellos pasaron por verdaderas tormentas, pero ahí están, juntos, compartiendo una vida felices, caminando por la vida tomados de la mano para hacer frente a los vientos fuertes.

Para ellos y ellas junto con los problemas existió el perdón. Sí, porque perdonar no es exclusivo de Dios, pues de ser así solo quienes somos creyentes conoceríamos lo qué es. El perdón es humano, es abrazar a esa persona que te hizo daño y empezar juntos a enmendar el camino.
Ese perdón no va de la mano con el olvido, al contrario, el recuerdo de la causa de la tristeza siempre estará y será algo que no podrás borrar ni de tu mente, ni de la mente de la otra persona. Ese recuerdo permanece no por un capricho o rencor, sino porque es algo que te dejó una marca en el alma (esa misma alma que Felipito, el amigo de Mafalda, nunca pudo explicar qué es).

El olvido no existe cuando se trata de cosas del corazón, pero no es malo, no es negativo que no exista, porque nosotros los humanos necesitamos recordar nuestras caídas para no tropezar de nuevo. Claro, somos especialistas en embarrarla, algunos lo somos más que otros, y hasta podemos cometer los mismos errores, pero eso no es por olvido, es porque nunca quisimos aprender nada más.

No culpo a quienes se cansan de que su pareja cometa tantos errores y finalmente lo o la deje.
Destaco a quienes sí pudieron perdonar y continuar el camino juntos. Destaco a quienes en el momento de la tormenta pudieron calmarse y mirar hacia atrás para hacer el balance de lo que ha sido su vida juntos, porque fue en ese momento en que pudieron ver el vaso medio lleno y se dieron cuenta que los momentos de felicidad eran tantos que hubiese sido injusto terminar la relación por esos pocos momentos de tristeza.

"Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa, sabe amar."

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

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