jueves, 5 de septiembre de 2013

El Euro-Peo

Lo conozco desde que era un cachorro, recuerdo su pelo rubio y las "pequeñas" pataletas que hacía en ese entonces. Era el más pequeño de mis primos, pero siempre quería estar con nosotros, los que nos creíamos grandes.
¿Cómo olvidar esas tardes de verano en que nos sentábamos a mirar como jugaba Súper Nintendo SOLO? Claro, si el cabro era picado, como le ganábamos nos dejaba sin jugar para poder ganar un partido, si con suerte le ganaba a mi hermano. ¡A mi hermano! al que nunca le gustó el fútbol. Recuerdo que de picados nos íbamos a jugar a la pelota afuera y lo dejábamos solo en la pieza... hasta que llegaba como perro arrepentido para chutear un rato.

Creció jugando pool junto al Tata, y de paso aprendió todas las "mañas" que nuestro abuelo utilizaba en el juego. De hecho, en el verano, pasaba más tiempo en el pool que en su propia casa. No digamos que se convirtió en el mejor jugador del mundo, pero algo aprendió, al menos ahora no se pica tanto cuando pierde.

Inolvidable cuando cierta tarde de diciembre nos encontrábamos haciendo tonteras con fuegos artificiales cerca de su casa, y algo salió mal, estuve a punto de quemarme toda la cara y el pelo, pero como no pasó nada le dijimos que se quedara callado, que no dijera nada... Claro, a los 7 años es difícil mantener el silencio, partió corriendo a contarle a sus padres, a los míos y a todos los que estaban en la casa. Hasta ahí llegó la diversión de ese día.

Tiempo después, cuando ya tuvo su título profesional, se fue a trabajar al sur de Chile, solo, aburrido. Y en parte, los que quedamos acá en Santiago, también nos aburrimos de no tener sus locuras cerca. ¿Quién nos iba a hacer reír tanto? Con suerte lo veíamos cada 2 meses.
Para más remate después vuelve, pero para preparar las maletas nuevamente, ahora el destino sería Europa.

Y se fue no más, le hicimos despedida para que se fuera con ganas y no volviera más. Pero no resultó...
En España se lanzó a la buena vida, la canción de Ricky Martin se convirtió en su himno y él en su ídolo. Sí, allá conoció su verdadera identidad, abrió el closet y se liberó. Todo lo supimos por fotos y algunas cosas que él mismo nos contaba desde su lugar de "estudio".

Finalmente estuvo solo 5 meses en Europa, pero llegó convertido en todo un Cotito, hasta con acento español. Era el nacimiento de un nuevo Euro-Peo.

Hoy ya celebra su cambio de folio, 30 años de vida, de experiencias, de alegrías y locuras, y también, porque no decirlo, de indecisiones. Ha vuelto y hoy celebra su nuevo año de vida de la mano de una mujer, no la de su madre, de otra mujer... ¿Será pantalla? No lo sabemos.
Solo nos queda agradecer todas esas alegrías que nos da cada vez que nos reunimos, en lugar donde anda las risas no faltan. Ya bueno, es cierto que a veces nos reímos de él, pero la mayor parte de las veces es él quien nos hace reír con sus historias.

Un abrazo grande, en sus 30 años, para nuestro querido Juanjo.



Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

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