lunes, 12 de noviembre de 2012

Desafío Trek Subaru

Siempre me han gustado los desafíos. Hay unos más difíciles de superar que otros. Por ejemplo, aprender a bailar salsa es uno de los grandes desafíos que tengo por delante, no solo requiere de mis ganas, sino también de mi concentración, pues la danza y yo hemos estado peleados desde que nací con las dos piernas de palo.

Pero los desafíos deportivos en los que me he metido, son duros, pero se me hace mucho más fácil y agradable esforzarme por superarlos..
Así fue como llegué a inscribirme en el Desafío Trek Subaru de este año. Es una cicletada por el camino a Farellones que consta de tramos. El primero iba desde el mall Sport hasta un sector llamado Corral Quemado y ese fue el que tomé yo. Pensar en llegar a Farellones era de locos para un principiante en estas lides.

Mi trayecto era de 16 kilómetros (los otros eran de 24 y 33 kilómetros), desde los 829 metros de altitud, hasta los 1300 metros, con lo que comprenderás que no era algo tan fácil como salir a andar en bici por el parque, no, la subida lo complicaba todo.

Antes de llegar a mi primer kilómetro de recorrido ya había pasado la primera subida, por lo que el juego con las velocidades de la bici ya estaba en su apogeo. Así fue como en una mala maniobra se me salió la cadena y tuve que orillarme para arreglarla y volver a la competencia.

A los 3 kilómetros de recorrido ya sudaba como bestia y me maravillaba con el hermoso paisaje que me ofrecía el camino. El canto de los pájaros lo hacía todo más agradable. Todos subíamos con mucho esfuerzo, pues habían tramos donde de verdad costaba pedalear. Veía gente que se bajaba de su bicicleta y hacía el viaje caminando. Yo no, seguí pedaleando.

Cuando llegué a los 7 kilómetros me mentalicé para no decaer, ya llevaba casi la mitad y tenía que llegar a recibir mi medalla. Le puse más energía y puro pensamiento positivo. Así fue como vi el sector de la hidratación, era el kilómetro 10. Recibí mi vaso de jugo y me lo bebí mientras pedaleaba, había que recuperar un poco de líquido, me haría falta en el último tramo.

Kilómetro 13: solo el riachuelo, su bello sonido y la magnificencia del paisaje me hicieron seguir pese a lo que me molestaba el sillín de la bici, parece que había sido mucho tiempo sin subirme a una. Quería llegar y poder bajarme para descansar un poco. Ya no quedaba nada, había que ponerle un poco más de energía.

Cuando visualicé la meta apuré un poco el tranco y pasé por la línea de llegada con una gran satisfacción. El agradecimiento directo e inmediato fue para Dios por acompañarme y para mi familia por entenderme y motivarme con sus sonrisas a superarme día a día en estos desafíos que me pongo por delante.

Lo mejor fue volver, porque los mismos 16 kilómetros había que bajarlos pedaleando y más encima con el viento en contra... costó, pero finalmente llegué a casa.

Dicen que el trabajo dignifica y no lo dudo. Yo digo que el deporte energiza, relaja y te extiende la vida.

Te espero en la ruta.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.




2 comentarios:

Hola Polo!!! que weno que disfrutaste la salida... yo este finde hice mi primera corrida de 10 K... y me paso lo mismo que a ti...cansancio extremo superado solo por las ganas de llegar... un abrazo!

Rafa!

Grande Rafa, esa es la actitud. Entonces te veré en la corrida Franco-Chilena del domingo 25.

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