miércoles, 10 de octubre de 2012

Un almuerzo diferente

Durante el día cada una de las personas de este mundo tiene algún momento de su rutina que disfruta más que otros, hay algunos que están atentos a su hora de salida del trabajo o de clases para empezar a celebrar, otros esperan con ansias estar en su cama durmiendo y hay otros que quieren solo estar en su casa disfrutando de una rica cena o de la famosa "once" chilena.

Particularmente, la hora que más disfruto es la hora en que como y eso puede ser en cualquier minuto del día. Mi desayuno es importante, todo lo que como antes de almorzar también, después como antes de la famosa once y finalmente como algo antes de dormir. Y claro, no soy gordo, pues hago mucho ejercicio con lo cual quemo todo lo que esté de más en mi cuerpo. (No, ni lo pienses, no quemaré eso).

A la hora de almorzar la mayoría de las personas lo hace acompañado o acompañada, entre conversación y conversación se ríen, comen y se relajan. Pero habemos otras personas que lo hacemos solos, es mi caso. Tal vez es porque no nos gusta conversar a esa hora, quizás es porque no nos gusta que nos vean comer o las cosas que comemos, o simplemente es porque a esa hora te encuentras solo.

El diario me acompaña en esos minutos en que ocupo toda la mesa para dejar mi comida, mis frutas, el jugo, en fin, todo lo pertinente al caso. Eso ya viene siendo algo diferente.
Y lo que como ni hablar, está catalogado en la sección de "comidas raras" o "gente rara" por algunas personas. Debe ser que no conocen el verdadero placer de lo que es mezclar lo salado con lo dulce o lo frío con lo caliente al momento de echarlo a la boca. Solo te puedo decir que es una sensación única que disfrutamos pocos.
Mi hijo también lo hace y eso que yo no le he dicho, ni le he enseñado a hacerlo, cosa de genes, como dicen.

Hay personas que almuerzan solamente ensaladas y bien por ellas (sí, casi siempre son mujeres), pero yo no podría llenar mi estómago con pastito solamente, necesito comida que humee y que se pueda masticar. Miro esas famosas ensaladas César y aunque se vean contundentes, quedo con hambre en los ojos.

Otras personas comen solo frutas, completos, empanadas, pizzas o sandwich en el almuerzo. Grace Jones en la década de los 80 comía flores en programas de televisión y hasta Zalo Reyes se comió una cebolla cruda como si fuera una manzana, pero de lo que me enteré hace dos días es algo que nunca había visto ni escuchado, lo supera todo.
Ella, una guapa chica, menuda, delgada, con la sonrisa a flor de labios almuerza ni más ni menos que CUCHILLOS. Tal vez fue el hambre del momento que la llevó a morder con vehemencia ese cuchillo para calmar el clamor de su estómago. Fue justo en ese momento cuando extrañó esos cuchillos de plástico que no cortan ni la mantequilla.
No calmó su hambre y lo que es peor, se ganó una visita extra cara al dentista para que repare el daño que el maldito cuchillo le provocó.

Creo que le recomendaré que lleve fruta a su trabajo por si queda con hambre, porque si sigue con ese gusto por los metales terminará comiendo solo papillas para guagua.

¿Y tu almuerzo cómo es?

Buenos días, buenas tardes, buenas noches.

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