miércoles, 26 de noviembre de 2008

"Este barrio es muy habitado. Gente va y viene todos los días. Suben y bajan de esos buses blancos y de los rojos.
Los fines de semana son muy divertidos pues es ahí cuando se acuerdan mucho de mí. Es cosa de que don Sol esté en lo más alto y con la mayor de las fuerzas para que vengan corriendo hacia mí.

Qué lindo es ver a los niños y a los más grandes frente a mí, todos mirándome, esperando que les hable. Ahí es cuando uno de los más grandes se acerca a mí y con un fierro que coloca sobre mi cabeza empieza a girar para que suelte todo lo que tengo.
Estoy contento, ya no aguanto más, quiero alegrar y jugar con todos esos niños, deseo gritarles lo mucho que les quiero.

Y grito fuerte para que todos reciban mi cariño. Felices ellos que reciben toda el agua que tengo para refrescarlos. Vamos, sigan, salten, tengo suficiente agua para todos.

Los invito para que vengan a mi barrio y miren esta alegría, no se arrepentirán de estar acá. Hasta podrían disfrutar de lo que tengo para darles.
Uf... que gran día, espero con ansias que llegue el próximo fin de semana.

...

Qué pena, es terrible lo que ocurrió justo esta tarde. Estaba todo tranquilo hasta que justo en la casa que está frente a mí comenzó a verse humo, yo lo veía desde acá y ya quería entrar en acción. Los niños salieron corriendo, gritaban, lloraban. La señora los correteaba para que no volvieran mientras los más grandes sacaban las cosas de adentro. Entre ellos estaba el joven que cada fin de semana me toca la cabeza para que yo pueda jugar con todos. Entraban y salían de la casa con cosas.
A lo lejos se escuchaban las sirenas... por fin entraría en acción, ya estaba con la adrenalina a mil, esperando que llegaran en su carruaje rojo los hombres que se visten de negro y usan casco.
Llegaron en gran cantidad mientras el fuego empezaba a asomarse por la casa.
Era terrible ver todo eso.

Rápidamente trajeron la manguera hacia mí, la conectaron y me empezaron a acariciar la cabeza... yo tenía muchas ganas de trabajar... pero algo pasaba, no me salía la voz, debo haber estado agotado. Lo intentaba con muchas ganas, pero era en vano, la casa seguía consumiéndose.
Tuvieron que correr 3 cuadras más lejos para que mi colega les ayudase...

Todo fue en vano. Era demasiado tarde para salvar la casa... cuando pudieron apagar el fuego ya la vivienda estaba desecha... todos lloraban en la calle... incluso yo.

Sigo llorando amargamente... no pude estar cuando más lo necesitaban."

El Grifo.

viernes, 21 de noviembre de 2008

¿Turnos éticos?

Ayer fue el último día del paro de la ANEF y por lo tanto se han acabado los llamados "turnos éticos" y me surge la pregunta después de lo que viví y lo que vi, ¿quién le otorgó ese nombre a esos turnos? ¿quién decidió lo que es ético y lo que no?

El viernes de la semana pasada tenía hora a la nutricionista en el Consultorio de mi comuna. Resulta que la hora anterior era el mes de Octubre a las 8 de la mañana (hora que me acomoda por mi horario de trabajo), cuando llegué me dijeron que la doctora estaba enferma y que no me podría atender, por lo que tuve que cambiar la hora y el único día que podría ser nuevamente a las 8 de la mañana era 35 días después... no me quedó más que aceptar.
Llegué el día acordado a las 7:45 de la mañana para no perder tiempo y partir después de mi atención a trabajar. Lo dije en la ventanilla de atención a la 8:05 pues me di cuenta que no habían llamado a nadie para nutricionista. Adivinen quien estaba en la ventanilla... claro, la nutricionista. Ella me dijo: "sí, enseguida empezaremos a llamar". Esperé, pero me di cuenta que la nutricionista estaba haciendo todo menos atender las horas citadas, esto debido a que la recepcionista tenía mucho trabajo acumulado a causa del paro que habían hecho los dos días anteriores.
A las 8:16 me acerqué nuevamente a la ventanilla y le dije a ella misma que yo estaba citado a las 8 y no a las 8:20 ni 8:30 pues tenía que irme a trabajar, ella me dijo que sí se estaba atendiendo gente (mentira porque ella nunca entró a su consulta) y que o esperaba, pues aún estaba a tiempo para atenderme, o me cambiaba la hora.

Me indigné ante tal respuesta y se lo hice ver, así como también se lo hice ver a la Directora del Consultorio, quien me dijo que como medida le iba a decir a ella que no diera más citas a las 8 de la mañana pues frecuentemente no podía empezar a atender a dicha hora. Esto me pareció lo más justo y digno para toda la gente que es citada a esa hora y luego se burlan de ella haciéndolas entrar una hora después.

Es cierto, con esto de los paros se atendió a las urgencias, pero también es cierto que se dejó de atender a mucha gente, a la cual de seguro le darán hora para un mes después... ¿es eso ético? ¿es ético dejar de cumplir la función principal: servicio al público?

Aplaudo a quienes trabajaron y atendieron a mucha gente. Aplaudo a las educadoras que no dejaron de recibir a sus niños en las salas cunas. Aplaudo a las enfermeras que se enfrentaron a la masa indignada.

Apoyo la propuesta sindical del reajuste y me gusta que lo hayan logrado, pero desapruebo el paro de actividades pues con ello sólo se perjudicó a quienes de una u otra forma le pagan el sueldo todos los meses, es decir, todos nosotros, los contribuyentes.

Sólo una cosa pido, la próxima vez que paren no le pongan el nombre de "turno ético" a lo que hacen, pues atender a la gente que se le citó a tal hora tal día también es ético y eso no lo hicieron.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Un día "diferente"

El día de ayer salí de mi casa junto a mi mujer y mi hijo en el auto, íbamos a la sala cuna donde yo los dejaría para después tomar locomoción colectiva, de preferencia buses pues el Metro con lo lleno que va tiene una mezcla de olores que te la encargo, como para entrar con mascarilla, además que no quiero que salga otra chora que me pegue un cachamal por "tocarla".

A unas dos cuadras de la casa me di cuenta que había dejado mi celular en el velador. Adivinen que fue lo que hice... seguí mi camino, viví años no queriendo celular y me siento bien sin tenerlo también, así que no me importó nada andar sin él.

Muchas personas no pueden vivir sin el celular en su bolsillo. Hay varios que lo tienen como una extensión de la mano o también los que tienen el audífono como una nueva sección de la oreja.
Es parte de los cambios que se han producido en la nueva era, es muy difícil desconectarse, no porque no puedas sino porque no quieres, porque te sientes mal si no puedes llamar a tu pareja o a tus hijos, porque te sientes desnudo y vacío sin ese aparatito que te acompaña. Es como si el corazón se detiene si me doy cuenta que ando sin celular.

Les tengo buenas noticias, ayer anduve sin celular y SOBREVIVÍ, de seguro tú también puedes.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Obama y Chile

En los últimos años nuestro país ha vivido una verdadera invasión estadounidense que mucho tiene que ver con los medios de comunicación. Las películas han hecho que en esta tierra tan lejana los más pequeños se disfracen y salgan a pedir dulces la noche del 31 de Octubre (afortunadamente se está cambiando por disfraces bonitos y otro sentido a esa festividad), los más grandes también se disfrazan, pero no para pedir dulces, sino para bailar, comer y tomar cosas dulces esa noche.
Llegaron los malls, los fast foods, entró el fútbol americano y el béisbol, y un sinfín de otras cosas a ser parte de nuestra cultura.

Octubre y lo que va de Noviembre ha quedado marcado con lo que fueron las campañas presidenciales en EEUU y su posterior elección de Presidente, incluso, diría yo, que se le dio más bombo a eso que a las elecciones municipales del 26 del mes anterior.
A tanto llegó el interés chileno por estas elecciones gringas que hasta muchos se hicieron partidarios de uno u otro bando y se festejó de gran manera el triunfo del señor Obama.
Nunca se supo de más de dos candidatos cuando en realidad habían unos cuantos más: Ralph Nader, Bob Barr, Chuck Baldwin, Cynthia McKinney, Alan Keyes, Charles Jay, Gene Amondson, Ted Weill, Brian Moore, Róger Calero, Gloria La Riva. Todos nombres completamente desconocidos para nosotros y que yo me enteré porque a referencia de Pancho Salas los busqué en internet y ahí estaban, en la famosa Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_presidenciales_de_Estados_Unidos_de_2008).
Estos candidatos fueron como acá en Chile lo han sido tantos: Max-Neef (más parecido al viejo pascuero), Frei Bolívar (y su cancioncita "pegajopsa"), el cura Pizarro, Sara Larraín y muchos más que han pasado sin penas ni glorias por la historia de esta nación.

Todo este revuelo me ha hecho cuestionarme el porqué de tanto aplauso por la elección de Obama en este país. ¿Es acaso el sueño chileno? ¿es el triunfo de los que siempre han sido desplazados y discriminados? ¿es una mejora en el salario nuestro? ¿es el tipo de candidato que queremos?

No lo sé, muchas otras preguntas que me rondan y que seguirán sin respuesta, porque sigo sin entender esta fiebre por ser hincha, fans, admirador y seguidor de este hombre nacido en el país de las guerras y las películas.

jueves, 6 de noviembre de 2008

¿Imperfecciones humanas?

Con mi escrito anterior generé un poco de revuelo. Algunas personas me dijeron que era un taimado, un patudo, un sinvergüenza, que los favores no se pagan, que era coimero, etc. Junto con generarme un poco de risa esos comentarios (no por lo que decían sino por como lo decían) me da pie para escribir la siguiente nota que tiene como base al ser humano.

Durante años se nos ha dicho que debemos hacer las cosas sin esperar algo a cambio, sobre todo si eres cristiano. Sin embargo esto se contradice con nuestra forma de ser y de sentir, con la sociedad en sí, pues cuando trabajamos lo hacemos a cambio de dinero para poder gastar en lo que nos plazca o en lo que nos alcance.
Antiguamente se usaba el trueque, donde alguien entregaba algo a cambio de otra cosa, pero ya luego vino el dinero.

Fue por mucho tiempo un tema que me dio vueltas en mi cabeza (y vaya que tengo cabeza) y me hacía dudar de que tan cristiano era al querer una retribución por lo que yo hacía.
Recordarán quienes fueron mis compañeros de colegio que yo les cobraba por hacer uso de mis resúmenes o colarse en los trabajos que yo hacía solo, y es que siempre creí que mi trabajo tenía su valor.

Cuando te piden un favor la cosa es distinta, generalmente la gente no pide algo a cambio, pero siempre lo espera y no me digan que no, porque al menos esperan una sonrisa a cambio de los favores, o tal vez un "gracias", un abrazo o algo por el estilo. La diferencia conmigo es que yo no espero esas cosas a cambio si la persona a la que le hago el favor (en el mejor de los contextos por favor) no me interesa. De mi hijo espero una sonrisa o un beso, de mi mujer también, pero ya con el resto voy siendo más selectivo dependiendo del favor y de mi ánimo.

Tal vez para algunos soy un vendido o un coimero, pero es mi forma de ser. Si hago un favor espero algo más que un "gracias" de vuelta y fíjense que no me siento menos cristiano, sino más humano.

Bueno, sí, soy imperfecto, soy humano, pero un humano Feliz.

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